El Big Bang es la teoría científica que describe cómo se originó el universo. Según esta hipótesis, hace aproximadamente 13.8 mil millones de años, todo lo que conocemos surgió de un punto extremadamente denso y caliente. Antes de este evento, el universo estaba concentrado en una singularidad, un estado en el que no existían ni el tiempo ni el espacio tal como los entendemos hoy.
Antes de pasar al mapa conceptual del Big Bang, repasemos sus características.
Características del Big Bang
En los primeros instantes del Big Bang, el universo comenzó a expandirse rápidamente. A medida que se expandía, se enfrió, permitiendo la formación de partículas fundamentales como protones, neutrones y electrones. Con el tiempo, estas partículas se unieron para formar los primeros átomos, principalmente hidrógeno y helio.
Unos cientos de millones de años después, la materia empezó a concentrarse en ciertas regiones, formando las primeras estrellas y galaxias. A lo largo de miles de millones de años, las estructuras cósmicas continuaron evolucionando, dando lugar a la complejidad que observamos en el universo actual.
La evidencia del Big Bang se encuentra en varios fenómenos, como la radiación cósmica de fondo, que es el remanente de la intensa energía emitida en los primeros momentos del universo. Además, la expansión del universo, observada a través del desplazamiento al rojo de las galaxias, refuerza esta teoría.
A pesar de su aceptación generalizada, la teoría del Big Bang deja preguntas abiertas, como qué causó la singularidad inicial o qué podría haber existido antes. Sin embargo, sigue siendo el modelo más sólido para comprender cómo comenzó y evolucionó el universo.
Este evento marca el comienzo del tiempo y el espacio, dando lugar a un universo en constante expansión, donde las galaxias, estrellas y planetas continúan formándose y evolucionando.