El sistema locomotor está formado por la combinación de dos sistemas, que actúan conjuntamente para garantizar una gran cantidad de movimientos: el sistema muscular y el sistema esquelético. Sin estos sistemas nos sería imposible alimentarnos, reproducirnos, entre otras varias funciones importantes.
Antes de pasar al mapa conceptual del Sistema Locomotor, repasemos sus características.
Características del Sistema Locomotor
El sistema muscular está formado por los músculos, estructuras compuestas por tejidos musculares. La principal característica de estos tejidos es su capacidad de contracción, que puede ser voluntaria o involuntaria según el tipo de que se trate. Existen tres tipos de tejido muscular: estriado esquelético, estriado cardíaco y no estriado.
Aunque existen diferentes tipos de tejido muscular, sólo uno está relacionado con el movimiento del cuerpo y nuestra postura: el tejido muscular esquelético. Los músculos esqueléticos constituyen casi el 40% de todo nuestro peso corporal y son, por tanto, la mayor parte de la musculatura de nuestro cuerpo.
La contracción muscular permite a los músculos tirar de los huesos a los que están conectados, posibilitando así el movimiento. Esta relación entre músculos y huesos puede compararse a los sistemas de palanca y se produce generalmente como resultado de la contracción de un músculo y la relajación de otro (antagonismo muscular).
El sistema óseo está formado por un conjunto de huesos y estructuras cartilaginosas que forman el llamado esqueleto. Además de actuar en la locomoción, el esqueleto ayuda a proteger nuestros órganos internos, sostiene nuestros músculos, produce células sanguíneas y actúa como reserva de calcio.
Los huesos del esqueleto están en estrecho contacto con regiones denominadas articulaciones óseas. Estas articulaciones pueden ser móviles o no móviles. Las articulaciones móviles permiten el movimiento de un hueso con respecto al otro, a diferencia de las articulaciones inmóviles, que no permiten tales movimientos.