La Prehistoria se refiere al lapso temporal que se extiende desde la llegada de los primeros seres humanos hasta la creación de la escritura, aproximadamente en el año 3500 a.C. Durante esta larga etapa de la historia, no existían registros escritos, por lo que la información se obtiene a través de investigaciones arqueológicas y estudios de los restos materiales dejados por nuestros antepasados.
Antes de pasar al mapa conceptual de la Prehistoria, repasemos sus características.
Características de la Prehistoria
Durante el período de la Prehistoria, los seres humanos habitaban en comunidades itinerantes y su subsistencia dependía de la caza, la pesca y la recolección de alimentos. No tenían asentamientos permanentes y se desplazaban constantemente en busca de recursos. Utilizaban herramientas de piedra y hueso para sus actividades diarias, como la caza de animales y la preparación de alimentos.
Con el paso del tiempo, los seres humanos comenzaron a desarrollar habilidades más complejas. Aprendieron a fabricar utensilios de cerámica y tejidos, lo que les permitió almacenar alimentos y crear objetos decorativos. También descubrieron la agricultura y la domesticación de animales, lo que llevó al surgimiento de las primeras comunidades sedentarias.
La Prehistoria se encuentra dividida en dos periodos principales: Durante el Paleolítico, los seres humanos vivían como cazadores-recolectores, mientras que en el Neolítico comenzaron a practicar la agricultura y la ganadería. Este cambio en el estilo de vida tuvo un impacto significativo en la organización social, la economía y la cultura de las comunidades.
A lo largo de la Prehistoria, los seres humanos también desarrollaron habilidades artísticas. Crearon pinturas rupestres en cuevas y tallaron figuras de animales y humanos en hueso y piedra. Estas manifestaciones artísticas reflejan la importancia de la religión y la magia en la vida de nuestros antepasados, así como su relación con el entorno natural.
