Las enzimas son proteínas especializadas que catalizan reacciones químicas en los seres vivos. Actúan acelerando procesos que, sin ellas, ocurrirían de manera extremadamente lenta o no sucederían en absoluto. A diferencia de los reactivos que utilizan, las enzimas no se consumen ni se alteran permanentemente durante la reacción, lo que les permite actuar repetidamente.
Antes de pasar al mapa conceptual de las Enzimas, repasemos sus características.
Características de las Enzimas
Cada enzima tiene una estructura tridimensional específica que incluye un sitio activo. Este sitio es una región donde se unen las moléculas sobre las que la enzima actúa, conocidas como sustratos. Una vez que el sustrato se une al sitio activo, la enzima facilita la transformación del sustrato en productos. Este proceso puede involucrar la ruptura de moléculas, la formación de nuevas, o la modificación de enlaces.
Las enzimas son altamente específicas, lo que significa que cada una de ellas solo cataliza un tipo particular de reacción o actúa sobre un sustrato específico. Esto se debe a la complementariedad entre el sitio activo de la enzima y la forma del sustrato, similar a cómo una llave encaja en una cerradura.
Factores como la temperatura, el pH y la concentración de sustratos influyen en la actividad enzimática. Cada enzima tiene condiciones óptimas bajo las cuales funciona mejor. Si estas condiciones cambian demasiado, la enzima puede desnaturalizarse, perdiendo su estructura y, por tanto, su capacidad para catalizar reacciones.
Son esenciales para la vida, ya que participan en innumerables procesos biológicos, desde la digestión de alimentos hasta la replicación del ADN. Sin ellas, la mayoría de las reacciones biológicas no serían lo suficientemente rápidas para mantener la vida tal como la conocemos.