El Antiguo Testamento es la parte de la Biblia que recoge la historia de la redención en el periodo anterior al advenimiento de Cristo. Antes de pasar al mapa conceptual del Antiguo Testamento, repasemos sus características.
Características del Antiguo Testamento
Muchos eruditos coinciden en que la palabra «testamento» no es la mejor traducción del término griego; ya que la designación «Antiguo Testamento» se refiere a la antigua alianza suscrita por Dios con el pueblo de Israel, lo que indica que su contenido recoge los principales acontecimientos de la historia de esa antigua alianza.
Tal vez «Antigua Alianza» sería una designación más apropiada. Incluso el Nuevo Testamento se refiere a las Escrituras del Antiguo Testamento como la lectura de la «Antigua Alianza» (2 Corintios 3:14). Pero esta designación, «Antiguo Testamento», acabó por generalizarse entre los cristianos a partir del siglo II después de Cristo.
Sea como fuere, está claro que la Biblia cristiana se divide en dos grandes partes, es decir, en dos grandes pactos. El Antiguo Testamento es la primera de estas dos divisiones; mientras que el Nuevo Testamento es la segunda.
También es importante saber que cuando Dios creó al hombre, la escritura no surgió inmediatamente. De hecho, hubo un largo camino antes de que se desarrollaran las primeras formas de escritura. Eso significa que parte de la historia del Antiguo Testamento tuvo lugar en una época en la que no existía la escritura.
Durante ese tiempo, los relatos de la revelación de Dios se transmitían por tradición oral. Pero Dios mismo participaba directamente en este proceso, con el fin de preservar su revelación para que más tarde fuera registrada de forma infalible por las personas elegidas por él para producir la Escritura.
